Aprender

Aprendió a sonreír

maquillando cualquier rastro

de tristeza.

Su estudiada mirada

no dejaba adivinar

todas las muertes

que sus ojos arrastraban

tras las pupilas.

Aprendió que

nada es igual

cuando lo vemos

por segunda vez,

porque nunca

volveremos a ser

los mismos de antes.

Ausencias

Son demasiadas

las ausencias guardadas

sobre la piel de aquella

lejana infancia,

demasiados recuerdos

que van rompiendo el alma.

¿Recuerdas?

¿Recuerdas todas

las heridas que fuiste

tatuando en mi cuerpo?

Pues hoy, por fin,

de aquellas cicatrices,

nacieron estas alas.

Cada noche

Desnudaré

cada noche los miedos,

la nostalgia perenne,

los sueños muertos,

mi corazón herido,

mi alma huérfana sin ti…

Otra

Se difumina tu recuerdo

en mi frágil memoria.

Ya no suena tu voz

en mis sueños,

ya nada calma

la angustia constante,

los miedos valientes

al saberme cobarde.

No hay abrazo

en el que encuentre refugio,

no hay huellas

que guíen mis pasos,

no hay beso

que me despierte,

no hay palabras

que me consuelen.

Solo yo, que sin ti,

es otra.

Nada

Aquellos días

ya perdidos, nos mienten

desde el recuerdo

de quienes ayer fuimos.

Hoy nada queda

de las miradas limpias

y del amor sincero.

Infancia muerta

Lloro nostalgia

desde este frío abismo.

Murió el ayer,

el mañana no llega

y sola observo

como nada acontece.

El silencio habla

de sueños olvidados,

tras esa sombra

de quien quisimos ser

y nunca fuimos,

por miedo o cobardía.

Murió la infancia;

ya no nos buscará

Peter Pan en las noches.

Sin miedo

Olvida el tiempo,

no hay mañana, ni ayer,

que nos aleje

del mundo que soñamos.

Nacerán flores

inundando de color

las grises sombras

que van tras nuestros pasos.

La primavera

siempre regresa amor,

porque el invierno

es gris, pero no eterno.

Sal a la calle,

besemos el presente,

abrázame sin miedo.

Encadenada

Encadenada a

este otoño perpetuo

en el que veo

llorar a los árboles

que, al igual que yo,

lamentan esta ausencia

de algún futuro

al que aferrarse, ahora

que nunca volverás.

Tenían razón

Sí, tenían razón

los visionarios

del desastre,

aquellos que no dejaron

de anunciar

la muerte

de lo nuestro.

Sí, tenían razón,

el amor

no nos duró

para siempre

y, tras tantos años,

hoy celebran

su acierto.

Sí, ellos tenían razón,

pero nosotros

tenemos los recuerdos…,

(y yo, créeme,

me quedo con eso).

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